Les familles des disparus ressentent que le sujet est tabou et que la société n'est pas intéressée à faire des recherches sur son passé. Getty Images
EXTRAITS :
La dictadura
De acuerdo con el informe de la Comisión de la Verdad, creada en 2004, unas 500 personas desparecieron y otras 19.000 fueron torturadas durante los 35 años del gobierno de Stroessner.
«La persecuciones políticas y las violaciones de derechos humanos dejaron una herida que el país aún no ha terminado de sanar», cuenta a BBC Mundo el historiador paraguayo Carlos Pérez Cáceres.
El autor de «Dictadura y Memoria« señala que durante esos años, el nacionalismo y un duro discurso anticomunista fueron la maquinaria ideológica que echó a andar un complejo aparato represivo orientado a controlar la disidencia interna.
Pero tres décadas después del final del régimen de Stroessner, su legado sigue siendo un tema que parte en dos las aguas en el país.
«Cuando Stroessner se fue, sus militares se quedaron al mando o siguieron ocupando ministerios. Entonces se trató de ocultar o desviar la atención de las atrocidades que tuvieron lugar durante la dictadura», cuenta.
A diferencia de otros países de la región, la búsqueda y reparación de víctimas de la represión militar no ha formado parte activa de la política de sus sucesivos gobiernos y las familias de los desaparecidos alegan que el tema es tabú y a la sociedad no le interesa investigar su pasado.
De hecho, en 30 años, solo se han encontrado 37 cuerpos de personas presuntamente desaparecidas durante esa época, de las que solo se han conseguido identificar a cuatro.
El país tampoco ha juzgado a los principales responsables de las violaciones a los derechos humanos durante el régimen y solo un pequeño grupo de policías y un civil han ido a los tribunales.
De ahí que el nuevo hallazgo de potenciales víctimas haya causado conmoción en el país suramericano, que sigue dividido entre los que ven a Stroessner como el héroe que salvó a Paraguay del comunismo y quienes lo consideran como uno de los peores dictadores que ha dado el continente.
Sin embargo, aunque las desapariciones forzadas fueron parte de una «política de estado» en la nación, el lugar donde se encontraron los huesos ahora no deja de inquietar a los expertos.
«Fue una sorpresa porque durante el largo proceso de la dictadura se dieron varios esquemas que se fueron repitiendo a lo largo de los años y uno de ellos trataba de separar al dictador de sus políticas represivas», señala Pérez Cáceres.
«Es decir, la gente pensaba que los que estaban debajo de Stroessner eran los culpables, pero no él. Entonces, que aparezcan unos restos humanos en una propiedad del dictador no deja de ser muy extraño», agrega.
«La casa del horror»
Como casi todo lo que rodea la vida del general paraguayo, sus estancias en la quinta El Pinar de Ciudad del Este son unas de las tantas páginas todavía por escribir de la historia reciente de la nación.
«Están documentado con el testimonio de muchas víctimas que Stroessner era un pedófilo y que le llevaban criaturas de 9, 10, 12 años para que tuviera relaciones con ellas. No es de extrañar que en esta casa, sus militares también le recibieran con criaturas de la zona», dice Pérez Cáceres.
«Hay testimonios de esos abusos que ahora es que se está empezando a investigar en la Fiscalía y son hechos bastante aberrantes».
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