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Le Monde du Sud// Elsie news

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Haïti, les Caraïbes, l'Amérique Latine et le reste du monde. Histoire, politique, agriculture, arts et lettres.


Ayití, entre la liberación y la ocupación

Publié par Elsie HAAS sur 18 Janvier 2007, 22:36pm

Catégories : #J.ANTONIO chronique

 Voici un article  en espagnol très documenté  qui s'interroge sur la politique du tandem Préval/Alexis. L'auteur, un Chilien, critique sévèrement la politique de ce  gouvernement qu'il juge non progressiste , au service de la minorité golpiste et des intérêts de la dite "communauté internationale". L'article est trop long  pour le blog qui refuse de le prendre en entier et vous aussi -sans doute- de le lire en une seule fois; Alors,  il sera publié en plusieurs parties. Il nous faudra avoir la traduction en français parce qu'il me parâit que  les informations et arguments de l'auteur  méritent d'être connus et discutés. Evidemment, c'est un peu difficile...Adios

Ayití, entre la liberación y la ocupación

Par José Antonio Gutiérrez Danton 
Han pasado ya bastantes meses desde que René García Préval fuera inaugurado como presidente el 14 de mayo de este año, tras las protestas de febrero del movimiento popular que denunciaban el fraude electoral de la burguesía para evitar que asumiera el poder quien era una figura bastante asociada a la del derrocado presidente Aristide. La oligarquía haitiana, a la que se le erizan los pelos cada vez que oyen la sola mención de Aristide, hizo todo cuanto pudo para evitar que Préval fuera presidente: fraude al por mayor y poner toda clase de trabas para evitar que los pobres pudieran votar. Pero el pueblo cansado de ser una y otra vez pisoteado, salió a la calle en masa a defender su decisión de votar por un candidato que, por una parte, asociaban a la carismática figura del ex-presidente derrocado durante el golpe de Estado en febrero del 2004 y a quien, por otra, veían como una figura ajena a los círculos tradicionales del poder en Haití y como un candidato que no contaba con el respaldo de las fuerzas de ocupación imperialistas (MINUSTAH). El voto a Préval, ante todo, fue un voto de protesta. Era un voto que encerraba la esperanza[1]de que las cosas esta vez si que cambiarían. Que la ocupación vendría a terminar, que Ayití renacería de la mano del pueblo[2]
 
Pero no sólo el voto popular a Préval fue condicionado: también lo fue su ascenso al poder. Fueron las masas que se movilizaron durante febrero, las que lo pusieron en el poder. Sin esa movilización, lo más probable es que la burguesía hubiera logrado su objetivo de, mediante el fraude, no obtener resultados claros en una primera vuelta y luego organizar el fraude mejor para la segunda vuelta y evitar que Préval fuera presidente, dando la victoria probablemente a C. Baker o a algún otro del círculo de los gwo manjé[3]. Las masas pararon este plan y pusieron al candidato que, pensaron, representaría mejor los intereses populares en el poder[4].
 
Puesto en contexto, el ascenso de Préval al poder ocurre en circunstancias extraordinariamente complejas que le ponen al medio de la tensión social de las múltiples fuerzas en disputa en Haití: por una parte, están los gwo manjè que como es natural, se opondrán a cualquier aire reformista, por tibio que éste sea; por otra parte, están las fuerzas de ocupación que están para representar directamente y sin intermediarios, los intereses de los imperialismos yanqui y francés; por otra parte, están los sectores populares, que disputan sus propias demandas insatisfechas; y por otra parte están las fuerzas políticas que, directa o indirectamente, apoyaron a Préval ?particularmente, entre los sectores pro-Aristide y los que se han distanciado de la figura del teólogo de la liberación. Este contexto de enconada confrontación política y de ocupación militar, hace que las opciones de Préval en cuanto a capacidad de maniobra política estén sumamente limitadas.
 
Sin embargo, y debemos ser categóricos en este punto, no puede confundirse la limitación en las opciones, por dramática que esta sea, con la falta de opciones. La línea política de Préval en el gobierno, si bien condicionada, ha respondido en gran medida a decisiones concientes hechas por el candidato que había prendido las esperanzas populares... y que hoy las ha decepcionado amargamente.
 
La política de Préval en el poder
 
Bourik swe pou chwal dekore ak dentel
("El burro suda para que el caballo sea decorado con encajes". Proverbio Haitiano)
 
Sabíamos que Préval, independiente de las esperanzas que sectores populares hubieran puesto en él, no sería un candidato del cambio radical en Ayití. A lo más, hubiéramos esperado algún tímido reformismo o que abriera algunos espacios limitados de participación popular. Pues bien, hasta ahora, no hemos podido apreciar siquiera un cambio sustantivo en la política de Préval de la política adoptada por la dictadura de Latortue. Algunos dirán que, precisamente por la historia de Ayití, el presidente Préval ha querido evitar que un giro demasiado brusco hacia el reformismo para evitar ser depuesto mediante un nuevo golpe. Esto explicaría su ?moderación?. Sin embargo, hay una gran diferencia entre ser un "moderado" y ser un entusiasta partidario de las fuerzas de ocupación. Hay una gran diferencia entre no atacar frontalmente a la burguesía y andar de gira por el mundo haciendo promesas de mayor "apertura", privatizaciones frescas y utilizando el mismo lenguaje de la "inseguridad" de Latortue.
 
Las masas populares que habían puesto sus esperanzas en Préval, han comprobado con amargura, que ni siquiera ha habido una política desde el gobierno por aliviar mínimamente las duras condiciones de vida de las masas empobrecidas del país caribeño. Préval ha preferido definir a su gobierno como un gobierno de consenso, que en el caso haitiano quiere decir un gobierno en el que el pueblo se someta sin chistar a los intereses del 3% más rico de la población. Una plataforma de diversas organizaciones populares ayisien, llamada "Colectivo por la Movilización en Contra de la Carestía de la Vida" (que aglutina a organizaciones de base como el MODEP, Mouvman Demokratik Popilé), emitió un comunicado en que expresan la desilusión con la cual vieron a Préval seguir, sin la menor corrección, el mismo camino neoliberal que ha llevado a Ayití al empobrecimiento absoluto durante las últimas tres décadas: 
 
"El 7 de Febrero del 2006, las masas eligieron a René Préval para revitalizar al país. Las masas dieron por mandato a Préval el atacar los problemas del desempleo, la pobreza, la carestía de la vida, el problema de la salud, educación, de la renta, etc. Desafortunadamente, el presidente electo está tomando una ruta hacia la desesperación cuando elige al modelo neoliberal como su guía. Todo país que ha aplicado este modelo ha visto subir el costo de la renta, el desempleo, la inseguridad y la destrucción de su producción nacional. Podemos ver a numerosos especialistas neoliberales subiéndose a la carreta de Lespwa...?[5][
 
Recientemente, la ministra de comercio e industria del gobierno de Préval, Maguy Durcé, respondía a los críticos del campo popular que piden corregir el dogmatismo económico del gobierno, que se apega a rajatabla a las recetas neoliberales impuestas por el FMI y otros organismos financieros. Con esto, sentaba las bases de la política económica de Préval:
 
"Haití es miembro de la Organización Mundial del Comercio y debe respetar el libre mercado. Somos iguales, en este respecto, que los demás países de la CARICOM (comunidad de países del Caribe, ed.) y que los países de Europa. No podemos intervenir para bajar los precios"[6][
 
Dejando de lado las ridículas pretensiones de una ministra haitiana de comparar al país más pobre del Hemisferio con las naciones europeas, llama la atención el dogmatismo que adquieren en la aplicación de la receta neoliberal, que aplican entusiastamente y sin quejas. Que no se crea que, simplemente, implementan una política que no es de su agrado por imposición. Sin importar las consecuencias que pueda traer sobre su pueblo, sin importar los resultados ya vistos y comprobados hasta la saciedad durante las últimas décadas en tierra aysien, ellos no están dispuestos a intervenir para bajar el costo de la vida a un pueblo al que ya, hace bastante tiempo, le queda fuera del alcance de sus medios ?entregándoles al hambre, a la carencia, a las enfermedades prevenibles, todo lo cual redunda en que la esperanza de vida del ayisien sea la más baja del continente.
 
El Neoliberalismo en guerra con los Ti-Peyizan (Pequeños Campesinos)
 
"Un país que no puede alimentar a su propio pueblo, está condenado a ser sirviente de otros" (Ansy Vixima, dirigente de Tét Kole Ti Peyizan)[7][7]
 
Como ejemplo concreto de los resultados nefastos de esta política económica, tenemos las reducidas tarifas a la importación de productos agrícolas, implementadas durante el primer gobierno de Préval, como parte del programa de ajuste diseñado por el FMI. El caso del arroz es el más dramático: de tarifas del 50% se cayó a tarifas ridículas del 3%. Estas bajas tarifas de importación, sumado al subsidio que reciben los ?farmers? yanquis, hizo que en un par de años, hayan podido acabar con la producción local de arroz y que, una vez monopolizado el mercado, los precios del arroz se hayan hasta cuadruplicado[8], haciéndole imposible de ser adquirido en muchos de los hogares más pobres.[9]Son esta clase de tarifas de importación a la producción agrícola las que han significado la ruina de los campesinos ayisien y las que han significado, a la larga, un aumento del costo de la vida pero que también han significado jugosas ganancias para los intereses económicos del imperialismo y de las familias de gwo manjé dedicadas al negocio de la importación: los Boulos, los Brandt, los Apaid. La misma CARICOM tras la cual Durcé escuda sus políticas, ha pedido a Haití que aumente sus tarifas para armonizarlas con los niveles promedio del resto de los países[10]].
 
A las bajas tarifas de importación, hay que sumar las elevadas tarifas de exportación, que han sido, históricamente, una de las principales fuentes de ingreso del Estado haitiano[11]. Estas elevadas tarifas han contribuido a arruinar aún más al campesinado ayisien, ya que la burguesía mercantilista que ha actuado de intermediaria, comprando la producción de los campesinos para luego comercializarla ha tendido a pasar el peso de estas tarifas, de manera abusiva y amplificada, sobre los campesinos. En el caso de la producción cafetera, esto ha sido particularmente brutal: el 50% del mercado ha sido controlado las últimas décadas por las familias Brandt, Madsen, Dufort y Kersaint. Este monopolio, debido a las tarifas de exportación, ha presionado continuamente para bajar y bajar el precio del grano de café. Lo que ha redundado en una brusca caída en la producción. Durante los 90, esta caída se pudo registrar en el breve lapso de tiempo del 1992 al 1996, de una producción de 27 toneladas por año a solamente 13 toneladas[12].
 
En una nación como Ayití, donde tradicionalmente el campesinado ha representado un sector tan importante de la población ?aproximadamente un 65% de la población depende directa o indirectamente de la agricultura[13]- y de la economía en general (27% del PGB)[14], el resultado de esas políticas económicas es nefasto para las mayorías.
 
A estas políticas implementadas en las últimas décadas, debe agregarse la tradicional concentración de la tierra: un 4% de la población posee un 65% de la tierra[15] la cual o está sin ser trabajada, o está siendo trabajada por sistema de mediería. Todo esto agrava aún más el problema de la producción de alimentos, la pauperización del Ti-Péyizan y exacerba la crisis del sector agrícola con la falta de incentivo a la producción. Los campesinos pobres apenas deben contentarse con lotes de tierra que tras las sucesivas subdivisiones a través de generaciones ya no les alcanzan ni siquiera para una agricultura de subsistencia. Este panorama hace que no sólo sea necesaria la corrección del dogmatismo neoliberal predicado desde Washington, sino que además, que se produzca una reforma agraria que sacuda las estructuras arcaicas que mantienen al sector rural ayisien en el atraso, la improductividad y la miseria[16]. Pero Préval ha sido incapaz de plantear la más timorata de las políticas de reforma agraria, una de las principales reivindicaciones del movimiento popular ayisien por décadas. Nada, no ha dicho una sola palabra sobre esta sentida demanda.
 
Tampoco en el presupuesto para el año ha dado la suficiente importancia a la agricultura y a la protección del ambiente[17][ Esto no es algo menor, pues Haití presenta una alarmante tasa de deforestación del 98% y la erosión es un problema grave, acrecentado por los temporales y huracanes que rutinariamente castigan a su suelo desnudo[18] Cada año se pierden 15.000 hectáreas de tierra cultivable por la erosión[19][19]. Y esto no sólo es consecuencia de explotación intensiva y mal manejo de la tierra[20]; el hecho de que tan sólo el 10% de la población tenga acceso a energía eléctrica, y que incluso en la capital la provisión de electricidad no sea más que intermitente, deja al 71% de la población dependiendo, como única fuente energética, del carbón vegetal[21] Esto demuestra que, si bien es cierto que se requiere con urgencia de programas de reforestación y recuperación de suelos, es la pobreza general de la población la cual sigue constituyendo la mayor causa de este problema. La miseria empeora la deforestación y la deforestación empeora la miseria. A este ritmo, ya pronto no habrá tierra apta siquiera para hablar de reforma agraria.
 
Lo más curioso, tras este sombrío panorama, es que el gobierno ha puesto como una de sus prioridades el mejoramiento de la infraestructura vial, lo cual, supuestamente, redundaría en beneficio para los campesinos que podrían trasladar más fácilmente sus productos a los centros del comercio. Y sin embargo, de seguir la producción agrícola el curso actual, pronto ya no quedará ni producción para ser transportada, ni campesinos que usen estas carreteras. El futuro del Ti-Péyizan, de seguir el neoliberalismo atacándole, será la migración en masa a los bidonville[22][de los centros urbanos, donde se acumulará una población creciente, sin trabajo, sin perspectivas, paupérrima, mientras el hambre en el país crezca irremediablemente: ya en 1999, Haití importaba U$235.000.000 en comida, siendo el principal producto de importación de un país que, antiguamente, fuera autosuficiente en términos agrícolas[23]

A SUIVRE
 
Las Zonas Francas en Haití: un Modelo de Desarrollo Fraudulento
 
"Lajan al kay Lajan"
("El dinero va donde hay dinero". Proverbio Haitiano)
 
[1][1] Lespwa, “La Esperanza” en kreyol, era el nombre de la plataforma política de Préval.
[2][2] Para más información sobre las elecciones y el proceso de movilizaciones de febrero, revisar mi artículo “Ayití en la encrucijada tras las Elecciones” José Antonio Gutiérrez http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[3][3] En kréyol quiere decir “glotón”. Término utilizado para describir a la burguesía haitiana.
[4][4] http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2698
[5][5] “On Neoliberal policies and people’s demands”, Kolektif Mobilizasyon Kont Laviché, Puerto Príncipe, 9 de Mayo 2006.
[6][6] “Minister of Commerce expects New Free Trade Zone to Open”, Charles Arthur (a), 20/12/06, Alter Press, www.alterpresse.org
[7][7] Citado en “Haiti in Focus”, Charles Arthur, p.41, LAB, 2002
[8][8] “Voting for Hope, Elections in Haiti ”, Peter Hallward, www.radicalphilosophy.com julio/agosto 2006
[9][9] Revisar en breve “Ayití, una cicatriz en el rostro de América”, de este mismo autor http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=1063
[10][10] “New Government: a Chance to Mobilise and Move Forward”, Christian Wisskirchen, Haiti Briefing, p.2, no.59, Nov. 2006.
[11][11] “Haiti State Against Nation” Michel-Rolph Trouillot, p.62 Monthly Review Press, 1990
[12][12] Arthur, op.cit., p.43, LAB, 2002.
[13][13] Charles Arthur, op.cit. p.41.
[14][14] Según información de este año del Departamente de Estado de los EEUU.
[15][15] “La Invasión a Haití: la Cara Sucia de las Razones Humanitarias”, J.A. Gutiérrez, p.18, ed. OSL, Argentina, 2004.
[16][16] El impacto que ha tenido la estructura política y social haitiana sobre el escaso desarrollo de las fuerzas productivas en el campo haitiano, es brillantemente analizado por Trouillot, op. cit., p.80.
[17][17] Wisskirchen, op.cit., p.2
[18][18] “Deforestation exacerbates Haiti floods”, USA Today, 23/09/04
[19][19] Arthur, op.cit., p.10
[20][20] La primera ocupación militar yanqui de Haití (1915-1934), entregó las mejores tierras de las planicies a las compañías trasnacionales para monocultivos y explotación intensiva; con esto, los campesinos debieron ocupar las laderas de las montañas para sus cultivos. El despeje de estas tierras como consecuencia de las políticas agrarias de la ocupación, es responsable de una cantidad considerable de la erosión que hoy afecta a Ayití.
[21][21] USA Today, 23/09/04
[22][22] Villa miseria
[23][23] Arthur, op.cit., p.95

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