El gobierno, los “makout” y los “blan”[50][50]
Tanbou prete pa janm fè bon dans
(“Con tambor prestado no hay buen baile”. Proverbio Haitiano)
El rol de la MINUSTAH y el desempeño ‘profesional’ de ésta, de lo que Préval felicitaba a Kirchner, a Lula y a Bachelet, ya han sido suficientemente criticados en anteriores artículos[53][53], así como también existe abundante información de los abusos de los cascos azules disponible en diversos sitios de fácil acceso por internet[54][54]. No es nuestra intención detenernos una vez más en los abusos cometidos directa o indirectamente bajo la dictadura de Latortue por las fuerzas de ocupación. Lo que nos interesa saber es si realmente las fuerzas de ocupación han ganado popularidad por parte de las masas o si su conducta realmente ha girado hacia un cierto respeto a los derechos humanos como para justificar las posiciones pro-MINUSTAH de Préval. La verdad es que todos los hechos nos muestran que esto no ha ocurrido, que la MINUSTAH sigue siendo el brazo armado de la oligarquía gwo manjé y la protectora de los makout que siembran el terror en los bidonville.
La participación de regímenes populistas en la ocupación, como son Bolivia, Uruguay, Brasil y Argentina[69][69], así como en todos los odiosos crímenes que ella genera, no deja de arrojar luces sobre la verdadera naturaleza de estos regímenes, que se llenan la boca hablando del pueblo, de la unidad latinoamericana, pero que no dudan en auxiliar al imperialismo en sus tareas de vigilancia hemisférica. A cambio de migajas, nada más. Recuerdo cuando en marzo del 2006, en la conmemoración de los 30 años del golpe de Videla en Argentina, personeros del gobierno de Kirchner gritaban a los cuatro vientos que nunca más, que los horrores del golpismo, que justicia.... mientras ese mismo ejército golpista de 1976 seguía inflingiendo el terror y ejerciendo su vocación golpista, esta vez, en la lejana República de Haití.
Ti chen gen fòs devan kay mèt li
(“Un perro pequeño es fuerte frente a la casa de su amo”. Proverbio Haitiano)
El pueblo también protestó vehementemente contra la violencia de la ocupación los días 24 de octubre, en que los estudiantes se manifestaron, y el 27 de octubre, cuando miles de vecinos de Sité Soley se manifestaron también con mucha bronca contra la matanza ocurrida los días 17 y 18 de octubre en Sité Soley[77][77].
La última de estas grandes manifestaciones en fechas simbólicas, tuvo lugar el día 16 de diciembre, día en que se conmemora un nuevo aniversario del triunfo electoral de Aristide (1990), convirtiéndose en el primer presidente democráticamente elegido en la historia de Ayití. Ese día miles de personas marcharon en la zona metropolitana de Puerto Príncipe sin que se registraran incidentes, en manifestaciones convocadas por el "Mouvement National pour Sauver Haïti" (Movimiento Nacional para Salvar a Haití –MONSAH), vinculado a Lavalas[80][80]. Los incidentes recién vendrían a ocurrir con la acción punitiva del 22 de diciembre...
Crisis general del Estado oligárquico y dependiente
M’fin mouri, m’pa pè santi
(“Ya me morí, no temo al hedor”. Proverbio Haitiano)
Esta crisis presenta elementos tanto coyunturales –como ser los efectos específicos del neoliberalismo en toda la precaria economía haitiana- como elementos estructurales. El Estado que actualmente está en crisis, es el Estado que se impuso con la primera invasión norteamericana en 1915. Lo mismo puede decirse, hasta cierto punto, del modelo económico -la invasión norteamericana, marca el inicio de un importante flujo de capitales hacia el campo que empieza sistemáticamente a destruir la economía campesina ayisien, así como también marca el cambio del sistema de propiedad de la tierra para acomodarlo a los intereses imperialistas. Esa es la punta de lanza para llegar al moderno control absoluto que el imperialismo tiene sobre la economía de ese país. Pero a su vez, ese Estado sólo fue posible, por una serie de elementos estructurales incubados en la sociedad haitiana desde los momentos de la independencia y que se fueron exacerbando a lo largo de la historia de la república haitiana para colapsar efectivamente, ante la primera ocupación yanqui. Desde entonces, la vida política haitiana se ha centrado en la búsqueda de mecanismos transitorios para sortear esta crisis.
El elemento fundamental de esta crisis –que tiene sus antecedentes en el colapso del sistema de plantaciones, en el carácter mercantilista de la burguesía y en el carácter burocrático-militar de los estratos dominantes- se expresa en el carácter absolutamente parasitario e improductivo de la oligarquía gwo manjé. Esto originó un modelo de acumulación capitalista que descansaba primordialmente en la súper-explotación del campesinado mediante la aplicación de impuestos indirectos (predominante desde aproximadamente 1820). El agente de acumulación capitalista para la oligarquía local se centraba, entonces, en el Estado mismo[84][84]. Su control, por tanto pasaba a ser un asunto de vida o muerte para las distintas facciones de esta burguesía: “la mayor parte de los frutos del trabajo de los campesinos, eran apropiados por la alianza de gobernantes y comerciantes, y luego transferidos al extranjero. Los terratenientes se llevaban el resto. Ninguno de estos tres grupos reinvertía el plus valor que expropiaban: no había acumulación de capital local”[85][85]. Ante la incapacidad de acumular localmente, por el restringido mercado interno haitiano, la oligarquía dependía estructuralmente del imperialismo para enriquecerse, requiriendo de su beneplácito para poder acceder a los mercados extranjeros. Estructuralmente, se volvieron así en agentes del imperialismo y su condición burguesa dependía exclusivamente de la mantención de esos lazos de dependencia[86][86].
Ligado al hecho de que el Estado era el mecanismo por excelencia para la acumulación de plusvalía y el regulador del mercado, tenemos que el Estado “permitía a sus administradores, así como a algunos de sus subordinados, trepar en la escalera social; y redistribuía parte del plus valor extraído a los campesinos, de vuelta a los empleados civiles y militares del Estado”[87][87]. Tenemos entonces que el Estado, por ser el mecanismo central de extracción de plus valor, se convirtió en una estructura de promoción social, en la rueda de la fortuna con que la pequeño-burguesía y las clases medias (profesionales) podían acceder a un poco de riqueza en una sociedad con una economía tan poco dinámica y atrasada. “Profesionales y comerciantes minoristas se movían, como en un péndulo, de un trabajo mediocre al otro, sobreviviendo de una temporada a la otra, esperanzados en que la fortuna política les llevara al ministerio de sus sueños, a la embajada de su gusto o al terreno del alto comercio (...) vivían del sistema, incapacitados de influenciarlo como grupo hasta que, o a menos que –como individuos- se aventuraran en el escenario político”[88][88].
Como consecuencia de ello, “Las disputas partidarias necesariamente se volvieron más complejas con el aumento del número de parásitos –particularmente, de la pequeño-burguesía profesional- que mantenía la vista puesta en las posiciones del aparato estatal. De hecho, sin un camino de salvación por fuera del Estado, el número de individuos deseosos de ser ministros o presidente tenía que aumentar, al igual que el número de aquellos que querían puestos menores en el servicio público (...) porque la pequeño-burguesía profesional era incapaz de reproducirse por fuera del Estado. Desde el punto de vista de las clases medias, la política (...) era una profesión. Para muchos, de hecho, la única profesión que podían practicar.”[89][89]
Este hecho es notable y explica mejor que un abrupto auge en el sentimiento del deber patriótico, por qué en las últimas elecciones de Haití hubo 54 candidatos. Este crecimiento del interés en “la política” de la ínfima clase media se ve acompañado de una creciente apatía de la población hacia ella: Durante las últimas elecciones locales, se calcula que menos del 10% de los electores urbanos participaron (aunque en ciertas zonas rurales el porcentaje haya alcanzado al 60%)[90][90]. Lo cual está muy por debajo del magro 40% que proyectaba el Consejo Electoral Provisorio (CEP)[91][91]. Esta apatía hacia “la” política, bastante entendible por lo demás, no debe entenderse como apatía hacia “lo” político: el pueblo ayisien es uno de los pueblos de Latinoamérica con una de las tradiciones organizativas y de lucha más hondas, sólidas y combativas. Hay un alto grado de conciencia, hay una extensa red de organizaciones de base que cubre a todo el país, desde el campo a la ciudad, pese a la sostenida represión que han enfrentado por décadas. Este hecho hace aun más patente la completa dislocación entre el aparato político institucional y aquel del cual el pueblo se ha dotado autónomamente.
Aclaremos entonces: este sistema político y económico no fue creado por la intervención norteamericana, pero sus elementos transversales, que han sido característicos en el desarrollo de Haití, se agudizaron con la intervención (lo que se reflejó en el aumento de la dependencia y en el carácter crecientemente parasitario de los gwo manjé). El Estado sigue siendo el mecanismo de acumulación primario en un país absolutamente deforme, en donde las remesas, el tráfico de drogas, el lavado de dinero y la ayuda humanitaria, juegan un papel más grande que cualquier otra actividad productiva[92][92].
La actual crisis y el control imperialista han llevado estas situaciones al paroxismo: a nadie causa sorpresa que la policía y diversos burócratas de alto y bajo rango se encuentren periódicamente acusados de corrupción, tráfico de influencias y de tirar mano sobre las actividades ilícitas mencionadas. El dictador François Duvalier “Papa Doc” llegó al extremo de traficar braceros haitianos, desde el Estado, para trabajar en la caña de azúcar dominicana al precio de U$60 dólares por cabeza[93][93]. El robo abierto de los representantes del Estado, no es un fenómeno nuevo: Dessalines[94][94] mismo utilizaba el dinero del erario público en sus amantes con tal descaro, que una de ellas enviaba sus cuentas y deudas directamente al tesorero de la provincia del sur[95][95]. Pero este saqueo de los fondos públicos comienza a hacerse ya brutal desde la dictadura de los Duvalier, al punto que de un préstamo de U$22 millones adquirido por el Estado Haitiano con el FMI en 1980, U$16 millones fueron a parar directamente al bolsillo del dictador[96][96]. Ni qué decir que después de su caída en 1986 se retiró a su exilio con cuentas bancarias repletas y gastos pagados en Francia. Así se inauguró una cierta tradición de gobernantes que hacen dinero con una rapacidad escandalosa por el breve tiempo que saben que duraran en el poder y luego se retiran con todos los fondos robados al exilio, dejando al Estado absolutamente desfalcado tras de sí. Tenemos los ejemplos de Cédras, quien se exilió a manos llenas a Panamá en 1994 y recientemente a Gerard Latortue, quien se escapó a EEUU luego de que Préval asumiera el poder, habiendo robado todo cuanto pudo. Para dar un ejemplo de la dimensión del robo de Latortue, digamos, simplemente, que su sobrino Youri Latortue recibió durante su dictadura[97][97] un sueldo de €20.000 mensuales por garantizar su seguridad personal[98][98]. El saqueo y los favores concedidos al imperialismo son premiados con impunidad y exilio deluxe.
Es necesario insistir que no se trata aquí de una simple cuestión de buenos o malos, sino que de las dinámicas de las clases sociales y de la lucha de clases, así como de la naturaleza de las estructuras e instituciones sociales que la reflejan y que, a la vez, le dan forma. Esta dinámica es la que ha llegado a un agotamiento absoluto, y cualquier intento de reformar esta dinámica, este sistema social, sin cuestionar las estructuras de fondo que le mantienen, está condenado a chocar con un inmenso muro. Este muro es el que demarca las limitaciones estructurales objetivas para cualquier proyecto reformista en Ayití –aunque Préval ni siquiera llegue a este punto, optando por acomodarse al marco impuesto por este modelo económico y político agotado, renunciando al más tibio intento de reforma.
A SUIVRE
Prochain chapitre : Haití y la crisis del reformismo
Notes:
[50][50] Blan quiere decir “blanco” en kréyol. Este es el nombre que popularmente se le da a los miembros de la MINUSTAH por parte de los ayisien. El epíteto no dice necesariamente relación con una cuestión racial, pues de hecho, en la MINUSTAH se encuentran personas de toda gama de colores. Más bien dice relación con la memoria popular ayisien, que aún recuerda el oprobio de la esclavitud y el sistema de la pigmentocracia de épocas coloniales, y utiliza blan como sinónimo de opresores.
[51][51] Que se recuerde el escándalo que se armó en Chile cuando la ministra Vivianne Blanlot propuso que se otrogaran créditos blandos a Haití –derecha y gobierno saltaron en contra de tal propuesta, llegando Evelyn Matthei (senadora UDI) a decir que Blanlot se había impresionado demasiado con la pobreza haitiana. En esa misma semana, el gobierno y el parlamento aprobaban prolongar la estadía de las tropas chilenas en ese país diciendo que “Chile una vez más está dando una señal y cuando se trata de acudir solidariamente a situaciones tan dramáticas, como la que se vive en Haití, somos capaces de construir una unidad nacional y esto se convierte en una política de Estado que nos representa a todos” (toda esta polémica está en La Nación, Chile, 17/05/06). O sea, la ‘solidaridad’ existe en términos militares, para participar de invasiones imperialistas, pero no para facilitar créditos blandos a una nación necesitada... ¿Qué clase de solidaridad es esa? Hay plata para milicos, pero no para créditos. Qué lindura, ¿no?
[54][54] Particularmente detallada es la información disponible en www.haitiaction.net
[55][55] En un país en donde la izquierda carece de expresiones orgánicas significativas, es lógico que la legítima resistencia armada a la ocupación se va a expresar, igualmente, de manera inórganica. El fenómeno de las pandillas con discurso político es expresión de ello.
[56][56] “5,000 soccer fans in Haiti witness machete and hatchet massacre by police and the new death squads” http://www.haitiaction.org/News/TL/8_26_5/8_26_5.html
[57][57] “Nouveau Massacres á Martissant” Haiti Progrés, 12-18 de julio, 2006.
[58][58] “New Offensives by UN Soldiers, Police & Death Squads –a War against the Poor” David Welsh, http://www.haitiaction.org/News/HAC/10_14_6/10_14_6.html
[59][59] “At least 8 people were killed in a Port-au-Prince slum...” 7 de diciembre, 2006 http://haitisupport.gn.apc.org/whats_new_index.html
[60][60] David Welsh, op. cit.
[61][61] “UN accused of slaughter inside Haiti ’s National Penitentiary” 14/05/06 www.haitiaction.org
[62][62] “At least four people were reportedly killed...” 19 de octubre, 2006. http://haitisupport.gn.apc.org/whats_new_index.html
[63][63] “Stop the UN troops genocidal attacks in Sité Soley” Ezili Danto, Haiti Progrés, 27 de diciembre del 2006 al 2 de enero del 2007. Para las excusas entregadas por el gobierno (lucha contra la delincuencia), ver “Le premier ministre durcit le ton vis-á-vis des bandits” 26/12/06 www.metropolehaiti.com
[64][64] “Nouveau Massacre a Cité Soleil” Haiti Progrés, 27 de diciembre del 2006 al 2 de enero del 2007.
[65][65] “Haiti’s UN occupation forces carry out massacre of poor in Port-au-Prince” 08/07/05; “Evidence mounts of a UN massacre in Haiti” 12/07/05; “UN “peacekeepers” in Haiti accused of massacre” 13/07/05; los tres artículos en www.haitiaction.org
[66][66] “The UN’s Christmas Present to Haiti ”, http://www.haitiaction.org/News/HAC/12_25_6.html
[67][67] http://elsie-news.over-blog.com/article-5157239.html . Ver también “UN shame over sex scandals”, Francis Elliott & Ruth Elkins, The Independent, 07/01/07
[68][68] “Fears over child abuse” Haiti Progrés, 6-12 de diciembre, 2006.
[69][69] No vale la pena siquiera mencionar a Chile, pues pese a lo que se pueda pensar en el extranjero, por el pasado socialista de Bachelet, su discurso abiertamente pro-yanqui y neoliberal no la clasifica ni siquiera como populista.
[70][70] “UN Commander dead in Haiti amid pressure from elite” Haiti Information Project, 08/01/06
[71][71] “Macoutes et Opportunistes du Chili Exportés en Haiti” José A. Gutiérrez, Haiti Tribune, diciembre, 2005.
[72][72] “Nuevo Suboficial de Ejército vinculado a grupo neonazi” La Nación, Chile, 17/05/06
[73][73] El paralelo con Chile es notable: el 11 de septiembre se convirtió en la fecha en que la protesta se prende, aún en los años de mayor reflujo de las luchas sociales (mediados de los 90s)
[74][74] “Thousands March for Exiled Aristide in Haiti ”, Joseph Guyler Delva, www.tiscali.co.uk/news 16/07/06
[75][75] “30 sektanm 1991 -30 sektanm 2006: mas yo toujou mobilize” Haiti Progrés, 4 al 10 de octubre, 2006.
[76][76] “Thousand march in Haiti demanding an end to reign of terror” David Welsh, Haiti Action Committee www.haitiaction.net 14/10/06
[77][77] “Thousands of Haitians protested Friday in the streets of Port-au-Prince district demanding the withdrawal of United Nations forces” http://haitisupport.gn.apc.org
[78][78] “Vétyé: Etydian kanpe kont fós okipasyon -Platfóm Inivésite Ayisien”, Haiti Progrés, 22 al 28 de noviembre, 2006.
[79][79] “MINUSTAH: De provocation en provocation” Haiti Progrés, 29 de noviembre al 5 de diciembre, 2006.
[80][80] “16 décembre 90 -16 décembre 2006: la lutte continue” Haiti Progrés, 20 al 26 de diciembre, 2006.
[81][81] Una interesante crítica a la línea de Préval se puede encontrar en la evaluación hecha por Ben Dupuy, líder del Parti Popilé Nasyonal (Partido Popular Nacional –PPN), a los primeros 100 días del gobierno de Préval. “PPN fé bilan 100 jou gouvénman Préval/Alexis a” Haiti Progrés, 25-31 de octubre, 2006.
[82][82] Uno de los principales caudillos de la Independencia.
[83][83] “The Black Jacobins”, C.L.R. James, Penguin Books, 2001, p.236
[84][84] Trouillot, op.cit., p.62
[85][85] Ibid., p.84
[86][86] Esta forma particular de expresión de la dependencia es descrito magistralmente por Alex Dupuy en su obra “Haiti in the World Economy”, pp.8-9, Westview Press, 1989.
[87][87] Trouillot, op.cit. p.84
[88][88] Ibid., pp.78-79
[89][89] Ibid, p.86
[90][90] Aunque también puede haber jugado algún rol en el bajo porcentaje de votantes el hecho de que el CEP (Consejo Electoral Provisorio) no habilitó suficientes centros de votación, así como de algunos actos de violencia e intimidación aislados –suficientes para dejar cuatro muertos-, la pérdida de confianza en “la” política es, indiscutiblemente, la causa de mayor peso para la tendencia a la abstención en Haití.
[91][91] “Elections, Désordre, Magouille et Abstention!” Haiti Progrés, 6-12 de diciembre, 2006.
[92][92]Un interesante análisis de este rol del Estado, lo encontramos brevemente en “Haiti: the struggle of the masses continue”, Jan Mackandal, 12 de abril, 2006
http://www.anarkismo.net/newswire.php?story_id=2862
[93][93] Michelle Harrison “King Sugar”, LAB, 2001.
[94][94] Líder de la revolución y primer presidente haitiano; luego auto-proclamado Emperador (1804-1806)
[95][95] Trouillot, op.cit. p.66
[96][96] Ver “La Invasión a Haití: la Cara Sucia de las Razones Humanitarias”, J.A. Gutiérrez, p.18, ed. OSL, Argentina, 2004, p.14.
[97][97] Insisto en llamar al gobierno de Alexandre y Latortue una dictadura, en vez de llamarlo con el eufemismo de “gobierno de facto”; la única razón por la que el gobierno de Latortue no ha sido llamado dictadura, es porque no estableció directamente un control militar, pero esto se debió exclusivamente a la ausencia de Ejército en Haití. Ese rol coercitivo lo cumplieron los makout y la MINUSTAH. No veo, entonces, razones para no llamar al régimen de Latortue abiertamente dictadura, pues eso es lo que fue.
[98][98] “Pime Minister Rejects Corruption Accusations” 01/06/05 http://www.haitipolicy.org Gerard Latortue, ni siquiera intenta dar explicaciones por este sobresueldo, sólo desmiente que se trate de corrupción y plantea que las embajadas hacen lo mismo.
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